Entre el siglo XVIII y el XIX con la actividad de roturació de terrenos improductivos y boscosos, y la introducción de los arados de hierro, para poner el suelo en condiciones por el cultivo, se generaron "in situ" grandes cantidades de piedra. Estas, posteriormente eran utilizadas para realizar construcciones de piedra seca (barracas,hornos de cal, corrales, pozos de agua, márgenes de feixes, delimitación de parcelas y propiedades).
Las barracas las podemos encontrar en zonas montañosas del Mediterráneo, su construcción varía según el tipo de piedra y la utilidad de cada zona.
En épocas de menos trabajo en el campo, los campesinos y jornaleros, aprovechaban para construir barracas de piedra seca, junto a parcelas alejadas de casa suya, para resguardarse de la lluvia temporal imprevista. En invierno, para protegerse del frío y en los meses de verano la usaban para resguardarse de las horas de más calor, para guardar el almuerzo o la bebida. En varias ocasiones se utilizaban como almacén para guardar las herramientas e incluso para pasar la noche.
A mediados del siglo XX, coincidiendo con la mecanización de los trabajos del campo, las barracas han quedado en desuso, a pesar de que algunas han desaparecido y otros están en estado ruinoso, pero han que están muy bien conservadas. Desde hace unos años que están protegidas y en algunas zonas se ha pedido que sean catalogadas como Be Cultural de Interés Nacional, puesto que forman parte de testigos humildes y silenciosos de nuestra cultura. En nuestro pueblo tenemos unos buenas muestras de ellas que han perdurado en el tiempo y que hay que proteger.
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